¿Conoces la clasificación AC de los suelos laminados?

Si estás valorando instalar un suelo de tarima flotante laminada, uno de los aspectos a los que debes prestar especial atención es a la dureza que tenga ese pavimento. Y para ello no es necesario esperar a que pasen los años para comprobarlo por ti mismo ya que esa dureza está reflejada en un dato certificado que puedes conocer y que forma la llamada clasificación AC de los suelos. Si no conoces esta clasificación, te la explicamos en este post para que la tengas en cuenta.

Busca la clasificación AC de tu suelo laminado

La tarima flotante se ha convertido en una opción tan válida para viviendas como para establecimientos comerciales gracias a sus múltiples ventajas tal y como te contamos en este pasado artículo. Además, en hogares podemos encontrarla en espacios interiores pero cada vez se dejan ver más en zonas al aire libre.

Los motivos de su éxito debemos buscarlos en su fácil instalación y, sobre todo, su bonito acabado, factores que han hecho que este pavimento esté cada día más presente en espacios de lo más diversos.

Pero claro, no todas las tarimas flotantes son iguales, igual que tampoco lo son los espacios en los que se van a ubicar. Cada suelo tiene unas necesidades de uso muy concretas, de ahí que resulte fundamental elegir una tarima cuyo nivel de dureza se adecúe a esas necesidades concretas.

Por ejemplo, el suelo de una cafetería por el que cada día transita un amplio número de personas tendrá que ser más resistente que el suelo de una vivienda particular que solo es utilizado por las personas que habitan en ella.

Y ahí es cuando entra en juego la clasificación AC que permite conocer el nivel de dureza y resistencia que tiene un suelo laminado para adquirir aquel que mejor se adapte al uso que se le va a dar.

Tres tipos de suelos según la clasificación AC

Básicamente, la información que transmite el índice AC hace referencia a la dureza del suelo y también a la capacidad de desgaste que tiene el pavimento, de tal forma que:

  • Suelo AC3 (más de 2.500 vueltas): recomendado para un uso doméstico normal en una vivienda en la que viven de 1 a 5 miembros.
  • Suelo AC4 (más de 4.000 vueltas): recomendado para locales comerciales con un uso general medio-alto provocado por la afluencia de personas. Este tipo de suelo sería adecuado para oficinas, por ejemplo.
  • Suelo AC5 (más de 6.500 vueltas): recomendado para locales comerciales con una actividad y un uso muy intensos (bares, restaurantes, centros comerciales…)

Elegir una tarima laminada teniendo en cuenta su uso, se vuelve más sencillo si nos guiamos por este indicador. Es tan fácil como saber que una vivienda particular necesitará una tarima AC3 salvo que en ella vivan muchos niños o haya mascotas, que entonces puede ser más aconsejable optar por el índica AC4 para que el pavimento resulte más resistente.

Aunque ya sabes que, si tienes dudas a la hora de decantarte por un suelo de tarima flotante, lo mejor que puedes hacer es ponerte en manos de expertos, tanto para su selección como para su posterior instalación. O también puedes acudir a la página web de la Asociación de Profesionales del Parquet para informarte.

Una vez tengas tu suelo laminado, los cuidados ya corren por tu cuenta, pero estos serán mucho más sencillos si has elegido una tarima flotante acorde a tus necesidades de uso. Y para eso, la clasificación AC de suelos laminados seguro que te ha sido de gran ayuda. ¿Conocías su existencia?